Festa da malla 2006Volver atrás

 

 

Organizada por la Asociación Cultural Val de Láncara, desde hace unos años se viene celebrando la Fiesta de la Malla (Festa da Malla).

Entre los visitantes de esta página, hay dos grupos: los que saben lo que es una malla y los que no lo saben. Especialmente a estos últimos están dedicadas estas fotos y sus comentarios.

Se supone que todo el mundo sabe que el objetivo de la malla es separar los granos de trigo de la espiga y la paja.

Posteriormente el grano se muele en un molino (lo veremos en otro artículo), y con su harina se hace el pan.

Bien, vamos a la malla en Láncara.

 
 

Desde las primeras horas de la mañana, ya está la máquina de mallar al lado de la meda.

(La meda es el montón de haces pequeños de trigo, atados por el centro, llamados mollos, estos haces (o mollos) se colocan en forma cónica, juntando las espigas en el centro para su protección).

 
 

Pilar, Edelmira y Mercedes (del equipo de cocineras), también madrugan para preparar la comida (o xantar).

 
 

Las herramientas ya están preparadas, por ejemplo, estos escobos (vasoiras, en el gallego moderno), auténticas obras de arte manual, están realizados con retamas (xestas) convenientemente atadas y cortadas.

 
 

La malla empieza.

 
 

Una persona subida en la meda, tira los mollos sobre el mostrador, otra persona los recibe, los desata y se los pasa a una tercera que los ahueca para descompactarlos y los mete en la máquina.

 
 

La máquina se encarga de separar el grano y la paja. El primero cae por debajo mientras que la paja la echa por detrás.

 
 

El grano no sale limpio, junto con él, salen restos de las espigas. La persona que lo "limpia" (normalmente una mujer), se la denomina cuañeira.
Una especie de escoba, realizada con ramas de arbusto sin hojas, es la herramienta que permite separar el grano (que pesa bastante más), de los restos de espiga.

 
 

Por otra parte, se va sacando la paja y se va haciendo un montón.

 
 

Hasta que el montón es un señor montón y hace falta un hombre hecho y derecho para echárselo a las espaldas.

 
 

Cuando el montón de paja ha alcanzado la categoría de "señor montón", el "hombre hecho y derecho" presume de fuerza y riñones.

 
 

Y por una escalera sube el haz de paja al pajar (palleiro) en construcción.

 
 

Donde las personas que hacen el palleiro, se encargan de ir colocando la paja de forma que, no se caiga, no le entre el agua cuando llueva y permita que se vaya retirando posteriormente la paja que haga falta.

 
 

Observamos que con objeto de que no se pierda el grano entre las hierbas del campo donde se realiza la malla, se han puesto unos plásticos negros.

¿Qué hacían nuestros antepasados, cuando todavía no se había inventado el plástico? Quizás hoy parezca una guarrería, pero desde luego funcionaba y bien.

El "invento" era el siguiente: En todas las casas había una zona, al aire libre, con suelo de tierra que se llamaba aira. El problema era que el grano se mezclaba con la tierra durante la malla. Para evitar esto, se cubría la aira con una especie de pintura y quedaba completamente plastificada.

¿Dónde está la guarrería? se preguntará alguien. Bien la guarrería era que la "pintura plástica" eran los excrementos de las vacas, convenientemente mezclados con agua, hasta conseguir la densidad adecuada.

Después de la malla, cuando llovía, la aira absorbía la "pintura plástica" y todo volvía a la normalidad.

 
 

La tarea de la malla es dura, pero siempre hay alguna alma caritativa socorriendo a los trabajadores para que puedan echar un trago.

 
 

Claro que hay almas más caritativas que otras, ésta no sólo ofrece un trago, también un trozo de empanada.

 
 

La fiesta de la malla, siempre tiene un buen ambiente.

 
 

Para ayudar a los gastos de la fiesta, se venden recuerdos: pañuelos, camisetas, sombreros,...

 
 

Y antes de que se inventaran las máquinas, ¿cómo se mallaba?. Pues fácil, a palos.

 
 

Los palos se llamaban mallos y consistían en dos palos unidos por un extremo, con tiras de cuero. Uno más largo, por donde se cogía y que se llamaba mangueira y otro más corto, que es el que golpeaba las espigas y que se llamaba pértega.

 
 

La malla ha terminado y el palleiro ya está listo.   Ha quedado "guapo".

 
 

Pero el grano todavía no está completamente limpio. Para limpiarlo se utiliza esta máquina, que es básicamente un ventilador grande.

Por la parte superior se echa el grano, que después de pasar por unas cribas, pasa por delante de unas aspas que giran a gran velocidad y producen un chorro de aire. El polvo y la suciedad salen arrastrados por el aire y el grano cae por su propio peso por la parte trasera.

Las cribas y las aspas se movían por el giro de una manivela que tenía en el lateral contrario al que se ve en la foto.

 
 

Imposible concebir una fiesta en Galicia, sin música. Afortunadamente en la Asociación Cultural Val de Láncara, contamos con un grupo estupendo.

 
 

Gaiteiras y gaiteiro.

 
 

Tambor, bombo y pandereiteiras.

 
 

Pandereiteiras.

 
 

Las pandereiteiras también saben bailar.

 
 

Y después de trabajar y bailar, a comer.

Las mesas en un robledal (carballeira). ¿Verdad que suena mejor carballeira que robledal?

 
 

El menú comienza con caldo de judías verdes (fréxiles). Gloria se ocupa de que sepa a gloria.

 
 

Otro manjar típico que se pudo degustar, fue la cabeza de cerdo cocida (cachola).

 
 

El grupo que preparó la gran ensalada. (Los dos de la derecha, tienen pinta de ser los jefes...).

 
 

Y qué decir de la empanada...

 
 



Bueno, al año que viene, nos vemos en la 'Festa da Malla'.

 
 
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